domingo, 22 de julio de 2012

A un amante.

Poco a poco me sumerjo en un universo de demencia
donde lo único que sosiega mi atrevida locura eres tú.
Tú presencia, tus besos, tu mirada, tu ser...

Me envuelves en tu mundo
como la noche acapara el absoluto de lo que mis ojos alcanzan,
tu oscuridad es aun más profunda de lo que mi tenebrosa alma contemplara.

Trato de mantener un poco de cordura,
de amarrar mi alma grabada a una estaca que me recuerde la realidad,
de forjar inmensos muros donde tallo cada momento vivido y
cada realidad a veces omitida,
para así no olvidar quien soy yo en tu universo y
quien eres tú en el mío.
Mundos distintos, humanos que se aman en lo prohibido.

Te he mentido al decir que eres simplemente uno más,
que te puedes largar de mi vida sin alguna particularidad,
que quiero amar a otro y merezco a alguien más.

Aprovecho a tope el instante en el que a mi lado estas, y
en las noches derramo alcohol sobre la pútrida herida que me provoca el pensar
que ella, le hace el amor al amor de mi vida.

En ocasiones.